El desayuno de siempre: el inicio del día en el Café de Vilanova

Empieza el día como debe ser, sin prisas y con buen gusto. En el Cafè de Vilanova, situado en el corazón de la plaza Miramar de Vilanova d’Escornalbou, el desayuno no es solo una comida, sino un momento para disfrutar, para hacer una pausa antes de comenzar la jornada y para reconectar con uno mismo o con la vida del pueblo.

El sabor del día a día

La propuesta matinal del Café de Vilanova parte de una filosofía clara: ofrecer un desayuno honesto, casero y de calidad. La carta de desayunos, sencilla, pero cuidada, ofrece una combinación equilibrada de dulce y salado, con opciones para todos los gustos.

Los croissants de mantequilla, siempre tiernos y recién hechos, son un clásico que nunca falla. Acompañados de un buen café o de un cortado cremoso, representan la esencia de lo que muchos clientes esperan al entrar en el café: tranquilidad, buen servicio y sabor.

Para quienes prefieren empezar el día con más energía, los bocadillos recién hechos son una apuesta segura. De jamón, queso, tortilla, bacon… la oferta es variada y se prepara al momento, con ingredientes frescos y pan crujiente. Una opción ideal para quienes desean un desayuno más completo o para coger fuerzas antes de una jornada de trabajo.

El complemento perfecto: zumos y café

Los zumos aportan un toque fresco y saludable que completa cualquier desayuno. Además de ser una opción nutritiva, dan color y vitalidad a la mesa, ya sea dentro del local o en la terraza, donde el sol de la mañana acompaña el despertar del pueblo.

El café, por supuesto, es uno de los pilares de la casa. Ya sea solo o con leche, siempre se sirve con cuidado, en taza caliente y con una sonrisa. Para los más madrugadores o para quienes buscan una pausa más larga, el café se convierte en la excusa perfecta para quedarse, leer, conversar o simplemente observar la vida pasar en la plaza.

Un ambiente que invita a quedarse

El interior del Cafè de Vilanova, decorado con madera clara, plantas y una iluminación cálida, es ideal para desayunar en silencio o comenzar el día con una conversación tranquila. Fuera, la terraza ofrece vistas privilegiadas y un ambiente de pueblo donde cada cliente se siente parte del paisaje.

Porque el desayuno también es un ritual

No hacen falta grandes artificios para disfrutar de un buen desayuno. Solo hace falta un espacio acogedor, buen producto y un poco de tiempo. En el Cafè de Vilanova, el desayuno de siempre sigue siendo el inicio perfecto del día para muchos vecinos y visitantes. Porque cuando las cosas se hacen con cariño, se nota en cada detalle.

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